viernes, 4 de noviembre de 2011

FIESTA DE HALLOWEEN:

CAPÍTULO 4: 
Pero la joven no había muerto sólo se hallaba inconsciente. El vídeo terminaba y nos pusimos a pensar. No tenían sentido aquellas pistas. Lucas aportó la idea de que la chica que aparentemente murió se encontraba entre la vida y la muerte. Pedro añadió que se alimentaba de la sangre de las chicas como ella para sobrevivir y todos nos quedamos paralizados. El color de mi cara empalideció de golpe. Pablo, más pálido que yo tomó el pedazo de hoja de las inscripciones y propuso que se tenían que leer a las doce en punto en el lugar señalado. Faltaban 2 min. para la hora marcada. Buscamos como locos el punto exacto. Entonces recordé aquel haz luminoso del gimnasio.
A la hora señalada, Montoto insistió en recitar las palabras que liberarían el alma de la bestia y la dejarían descansar en paz ("Liberadme pax requiescat in hoc corpore possis") y que nos devolverían a nuestras amigas. El gimnasio se sacudió pero en segundos volvió a su estado habitual. Pensamos que era culpa de la pronunciación y lo repetimos con Pablo, Pedro y Lucas pero no surgió efecto. Entonces caí en la cuenta de que la joven era una mujer y sólo se alimentaba de sangre de otras chicas. Pronuncié el discurso con mi mejor entonación y el haz de luz se apagó. Empezaron a surgir espíritus y almas atormentadas como de la nada y la bestia alumbrada por una lucecita roja se puso a escasos decímetros de mi. Creí que era mi fin, me esperaba la muerte, mi corazón se aceleraba y entonces un sonido de gran estruendo volvió a acabar con cualquier indicio de luminosidad.

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